Los hechos ocurrieron el pasado viernes, 21 de abril, cuando una llamada de un particular a la sala 091 de la Comisaría del Cuerpo Nacional de Policía de Burgos alertaba del hallazgo casual, cuando se encontraba haciendo labores de limpieza en un domicilio ubicado en la capital perteneciente a un familiar, de lo que a simple vista parecía ser una granada de mano.