El Centro Arlanza surgió del impulso del entonces párroco Óscar Moriana y de la corporación municipal que regía en Lerma hace 10 años. Se buscaba ofertar unas instalaciones donde los chavales con posibles situaciones de riesgo social pudieran acceder a recursos de ocio y de apoyo al estudio. Este centro sirvió de acicate para el que se crearía tiempo después en Villarcayo.