El sueño no pudo tener un buen inicio. Los burgaleses pagaron caro un horrendo segundo cuarto en el que Iberostar comenzó a abrir brecha. La escuadra aurinegra demostró sobre la pista del Coliseum su condición de equipo campeón de Intercontinental y Champions. Un juego interior dominante personificado en Tobey y Fran Vázquez, unido al acierto exterior, bastó para condenar al San Pablo