El Consejo de Cuentas entregó ayer en las Cortes regionales el informe acerca de la actividad y situación económico-financiera de la Comunidad Autónoma del ejercicio 2016, de las entidades del sector público de la Comunidad sujetas al régimen de contabilidad pública, tras ser aprobado en sesión plenaria. Un documento que recoge que la deuda por habitante subió ese año hasta los 5.710 euros. En ese sentido, la institución propia subraya el «aumento de la dependencia» de las entidades de crédito y/o de la emisión de deuda para obtener financiación, constituyendo el pasivo exigible más de las tres cuartas partes de la totalidad de sus recursos financieros. También, hubo un incremento de la presión fiscal, que se sitúa en 2.223 euros por habitante en el ejercicio.

Los gastos presupuestarios ejecutados desde las administraciones han aumentado un seis por ciento desde 2013, ascendiendo a 9.981 millones de euros en 2016, si bien se han reducido un tres por ciento respecto a 2015. En concreto, durante el periodo analizado los gastos corrientes en bienes y servicios suben un 10 por ciento, los de transferencias corrientes un 9% y los de personal un 4%.

Esfuerzo inversor. Por otra parte, el informe del Consejo de Cuentas señala que el esfuerzo inversor ha experimentado una tendencia desfavorable, ya que su indicador disminuye de un 12 por ciento en 2013 a un ocho por ciento en 2016. La tendencia de la carga financiera de la deuda (gastos financieros y amortizaciones en relación a ingresos corrientes) es creciente, pasando de un 9 por ciento en 2013 a un 14 por ciento en 2016, lo que provoca un impacto más negativo sobre los ingresos corrientes, necesarios para atender el funcionamiento de los servicios, según informa Ical.