"Oíamos crujir los cristales"

I.E.
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Julio del Amo vive en Guadalajara (Jalisco) pero se hallaba en Ciudad de México durante el seísmo. Mientras el temblor, que duró un minuto, estaba en el Paseo de la Reforma y confiesa que le costó mantener el equilibrio

Julio del Amo vivió en Ciudad de México, pero hace dos años se mudó a Guadalajara (Jalisco). Ironías del destino, el martes se encontraba en el DF por cuestiones de trabajo y vivió con pánico el terremoto que sacudió la ciudad y en el que han muerto más de 200 personas. Dos horas antes, qué casualidad, había participado en un simulacro programado en la capital del país, lo que revela la frecuencia con la que México vive este tipo de situaciones. En el momento preciso del temblor se hallaba en el Paseo de la Reforma, a la altura del Ángel de la Independencia, cuando de repente comenzó a sonar la alarma sísmica a la par que «se sucedían tres o cuatro violentas sacudidas». «Estaba justo en medio de la avenida, en la zona peatonal arbolada, y me costó mucho mantener el equilibrio», rememoraba ayer en conversación con este periódico.