Trasladados los especialistas al punto indicado verificaron la existencia de la munición, comprobando que se trataban de sendos proyectiles de artillería del calibre 75 mm; en tanto que uno resultó ser del tipo rompedor, el otro era de metralla y se caracterizaban por poseer espoleta de doble efecto de 22 segundos, que fueron producidas en la Fábrica Nacional de Toledo en 1933 y 1935.Tras inspeccionarlas visualmente, con las reglamentarias medidas de seguridad fueron trasladadas a un paraje próximo y adecuado donde fueron destruidas de manera controlada.