El congreso de internistas dejará dos millones en Burgos

Angélica González
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La Sociedad Española de Medicina Interna celebra desde este miércoles su encuentro nacional con hoteles y restaurantes llenos durante tres días

Todas las cifras que rodean al XXIX Congreso Nacional de la Sociedad Española de Medicina Interna que la próxima semana se celebra en Burgos -los días 21, 22 y 23- son impresionantes. La primera, el número de participantes, que le coloca en el podio de las reuniones científicas más numerosas que se han celebrado en la ciudad, solo por debajo (y por poco)de la de los especialistas en urgencias y emergencias. A ocho días de comenzar las sesiones había 2.140 inscritos procedentes de todo el país, Portugal y América Latina. A estos profesionales se les va a unir un centenar de enfermeras, que van a participar durante una jornada, y 50 estudiantes de Medicina, además de los miembros de los laboratorios farmacéuticos que colocan sus estands y los de la secretaría técnica. La presencia de este volumen de personas ha dejado cortas todas las previsiones, hasta el punto de que se ha tenido que contar con un espacio a mayores en el Museo de la Evolución y no hay plazas libres ni en los hoteles ni en restaurantes.  

El impacto económico que para la ciudad va a suponer este encuentro científico se acerca, con toda probabilidad, a los dos millones de euros. Fuentes de la organización explicaron a este periódico que se calcula que en congresos de esta naturaleza se da un gasto aproximado de 240 euros por persona y día, por lo que los participantes dejarán en Burgos 1.548.000 euros, cifra a la que hay que sumar el alquiler del Fórum, el cáterin, que se ha encargado a una empresa burgalesa, los regalos que se ofrecerán a los ponentes, que también son productos autóctonos, y otros servicios como la fotografía del evento, que también será realizada por profesionales de aquí.

La reunión de los internistas va a poner a prueba una vez más las capacidades del Fórum Evolución -ya testadas en otros congresos- ya que en esta ocasión se producen circunstancias como reuniones en 17 salas de forma simultánea y una comida en tres plantas distintas. El presidente ejecutivo del comité organizador, Carlos Dueñas, ya explicó en su día que el Fórum era el único lugar de toda Castilla y León y Cantabria que les ofrecía las prestaciones necesarias para celebrar un encuentro que en tres días va a desarrollar 46 mesas redondas, 16 talleres, 20 sesiones de comunicaciones orales, 15 encuentros con expertos, seis ponencias magistrales y 548 presentaciones de casos clínicos por médicos internos residentes, además de las reuniones que van a mantener los 21 grupos de trabajo en los que se estructura la sociedad científica.

Números apabullantes todos ellos para una especialidad médica en la que se da la paradoja de ser una de las más numerosas del país y la más elegida por los MIR más brillantes (siete de los 13 que quedaron en los mejores puestos se están formando como internistas)  y, a la vez, una de las más desconocidas. Porque, al contrario de lo que ocurre en otras -todo el mundo sabe a qué se dedica un ginecólogo, un alergólogo o una pediatra- no es fácil encontrar a alguien no familiarizado con la sanidad que sepa definir exactamente qué hace un internista. Por eso, Carlos Dueñas hace un símil muy sencillo: «Vemos al paciente de forma integral, el enfermo es el centro de nuestra especialidad; somos algo parecido a la figura de un director de orquesta, que tiene que saber tocar, por lo menos, un instrumento de cada grupo para poder dirigir a todo el conjunto. Un internista es como el médico de cabecera del hospital y, de hecho, hay muchos hospitales en los que esta figura está presente en todos los demás servicios, como Ginecología, Traumatología u Oncología. En este último, por ejemplo, el oncólogo se ocupa de la quimioterapia y el internista va resolviendo otros problemas que presente el paciente».

(Artículo completo en la edición de hoy)