A.C., de 30 años, presentó en junio en la delegación de Transportes un permiso de conducción, un certificado de aptitud profesional y un pasaporte, de nacionalidad rumana, para solicitar una tarjeta de conductor, haciéndose pasar por un ciudadano de este país comunitario. Esta tarjeta permite a su poseedor como conductor profesional, siendo obligatoria su inserción en el tacógrafo de los vehículos