Ya en el siglo XIV se tiene noticia de un enfrentamiento entre el Cabildo y el Consistorio por su reparación. En origen, se creó para recoger las aguas freáticas del Castillo, que generaban serios problemas, amenazando especialmente al templo gótico. Así, se construyó una canalización en paralelo a la calle de Fernán González para recoger las aguas y que éstas no dañaran a la Catedral.