Más de 150.000 tortas de Aranda al año

I.M.L.
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Tan solo dos panificadoras se encargan de abastecer el mercado de este pan de calidad en todo el territorio nacional.

Más de 150.000 tortas de Aranda al año - Foto: Juan Carlos Ontoria

La marca de garantía Torta de Aranda va camino de cumplir cinco años desde que la Junta de Castilla y León autorizase su comercialización y el balance de sus responsables es positivo, aunque no carente de sombras. En la actualidad, este producto artesanal cuenta con una venta anual que ronda las 150.000 unidades, de las que tan solo una cuarta parte se comercializa en el mercado local. 

Los consumidores del norte de España ya está acostumbrados a encontrarse en los puntos de venta de los supermercados este tipo de pan, donde llega en las condiciones idóneas para su último procesado y venta. «Para ir a nivel nacional tienes que ofrecer un producto precocido y congelado, para que pueda ir a destino y allí lo puedan terminar de cocer y vender finalmente», explica Miguel Ángel Santos, secretario de la Federación de Organizaciones de Panadería de Castilla y León.

Esta forma de producción y distribución garantiza las condiciones idóneas para que llegue al consumidor final, ya que, como insiste Santos, «es un sistema que, si está bien hecho, te garantiza buena calidad porque la precocción y la ultracongelación está ya muy desarrollado».

El Ayuntamiento arandino renovaba a principios de este mes el convenio de colaboración con la Federación de Organizaciones de Panaderías de Castilla y León con el objetivo de mantener el fomento de la Torta de Aranda. Esta firma se traduce en la aportación municipal de 2.500 euros para apoyar las iniciativas que se realicen desde esta marca de garantía, encaminadas a «abrir el mercado a la población general y con ello contribuir a que Aranda sea reconocida con una imagen de calidad», además de facilitar «el impulso de la industria agroalimentaria más cercana».

Las genuinas tortas de Aranda se presentan en una bolsa precintada especial en la que, además de su nombre y logotipo identificativo, aparece un número único para cada una de ellas que es el que garantiza que forman parte de esta marca de calidad. De esta forma la encuentran en distintos puntos de venta consumidores fundamentalmente de Castilla y León, La Rioja, Cantabria, Aragón y otras zonas del norte de España.

Uno de los retos en los que están trabajando los responsables de esta marca de garantía es su desembarco definitivo en Madrid ya que, aunque el producto es conocido por los consumidores, aún no está generalizada su venta en uno de los mayores mercados potenciales que tiene la Torta de Aranda. «Nosotros somos pequeños fabricantes, panaderos artesanos pero nos marcamos más objetivos, como el de ampliar mercado, porque el consumidor responde bien, en el lugar donde ya estamos se está vendiendo pero hay que ampliar el mercado porque hay mucho potencial», asegura Jesús Tudanca, responsable de una de las panificadoras amparadas por la marca de garantía, que aclara que «la Torta de Aranda, la gente de Madrid, Castilla y León y el norte de España la conoce desde hace años, sabe que existe este producto porque ese es nuestro mercado natural».

Otro de los retos que se marca Tudanca es diversificar los puntos donde se puede comprar o consumir Torta de Aranda. «Quiero que llegue a hostelería, fundamentalmente a asadores, pero tiene que ser a través de distribuidores para que pueda servir a los establecimientos», comenta el portavoz de esta familia empresarial que es responsable de la mayor producción de Torta de Aranda, que este año ha doblado las cifras del anterior.

dos certificadas. Tras cinco años de andadura de la marca Torta de Aranda, tan solo dos panificadoras están elaborando este tipo de pan bajo los parámetros exigidos para poder lucir los sellos que la identifican. Estas dos empresas son Panaranda (Panadería La Castellana) y Tudanca, y entre las dos se encargan de servir a nivel nacional, lo que ha facilitado que, según Santos, «el impacto del producto se conozca en toda España». 

Sin embargo, uno de los retos de esta marca de garantía es lograr que se sumen más panificadoras dentro del área marcada en el reglamento de la misma. «Nuestra intención es que entrasen más empresas porque queremos que entiendan lo que es un valor añadido para un producto, porque no es lo mismo vender un producto sin tu etiqueta e identificación de marca y más en el pan, donde al final compras una barra de pan y no sabes normalmente quien la ha fabricado. Es como si vendiéramos Ribera del Duero pero sin etiquetar, la gente no sabría que vino está tomando», explica Miguel Ángel Santos.

Los promotores de la marca de garantía son conscientes de que es difícil que otras panaderías se suban a este barco porque «el resto de panaderos que están dentro del territorio de la marca de garantía entienden que el mercado local lo tienen garantizado y el dar el paso para vender la torta fuera de Aranda precisa más producción y no se lo han planteado porque para eso necesitan más infraestructura en sus panaderías», explica Tudanca de sus propia experiencia. Además, añade Santos, «la panadería es un mundo muy especial, no comprenden normalmente muy bien lo que es un valor añadido para un producto como este y no lo tienen nada claro.»