Se fue a dormir tras comprobar en redes sociales que algo había sucedido y escribió a sus padres para garantizarles que estaba bien. Por la mañana se dio cuenta de la magnitud de lo ocurrido al ver su teléfono plagado de llamadas, menciones y mensajes preguntándole si todo iba bien. A escasos metros de donde este burgalés coge a diario el tranvía, 'EI' había causado más de una veintena de muertos.