El perfil del opositor ha cambiado en España y en Burgos, incrementando su edad media en un lustro y siendo, en estos momentos, más de un 25 por ciento de ellos mayores de 40 años, algo impensable hace solo una década. Una variación notable de la tendencia que los preparadores achacan, principalmente, a la inestabilidad laboral reinante como consecuencia de la crisis económica.