Con él va a suceder lo mismo que con Gómez de la Serna: cuando a éste se le citaba sólo como Ramón, todo el mundo sabía a quién se referían. Ya nada sorprende con Óscar Esquivias, Óscar por antonomasia. Sobresaltos como el Premio CyL de las Letras que acaba de recibir los vive con normalidad: Óscar es tranquilo, humilde y recibe cada alegría con el sosiego que caracteriza a personas inteligentes.