Los concejales del Consistorio mirandés entienden que "cerrar la planta supone un varapalo para la ciudad", al tiempo que recuerdan la "excelente respuesta" que la plantilla siempre ha tenido con la empresa sabiendo adaptarse a las circunstancias. Así, los responsables municipales les muestran su "compromiso" al tiempo que denuncian la "irresponsabilidad" de la compañía.En este sentido, creen que "una adecuada gestión por parte de la empresa habría sido conseguir pedidos para el tipo de pala que se fabrica en Miranda o haber adaptado la fábrica a la demanda del mercado". Con todo, el Ayuntamiento entiende que la decisión "carece de sentido de responsabilidad".Así, el Consistorio mantiene su compromiso para trabajar "en unión" con los trabajadores y la Junta para revertir la situación.