Muchos burgaleses que conocieron a Ana Julia de los años que residió en la capital guardaban un grato recuerdo de ella. Su detención y su imagen en los medios manifestando la esperanza de hallar a Gabriel con vida -cuando sabía que estaba muerto- han echado por tierra ese buen concepto que tenían de ella. Aunque algunos ya pensaban de antes que «tenía una doble cara». Eso comenta Javier, hijo del hostelero (vinculado a la Deportiva y al mesón Juan XXIII) que fue su pareja entre 2011 y 2012. «Cuando la conocimos era afable y cariñosa, se preocupaba por nuestro padre», declara, pero «cuando él murió desapareció, acudió al tanatorio y la familia no la volvió a ver».Respecto al triste suceso ocurrido en Burgos en 1996, Ana Julia comentó que su hija era sonámbula cuando cayó por la ventana.