La operación de la Guardia Civil dio comienzo en octubre de 2016 tras el aumento de robos con fuerza en el interior de viviendas unifamiliares o periurbana, donde el objetivo de los ladrones era principalmente joyas y dinero en metálico. Los robos solían producirse cuando los moradores estaban fuera del domicilio, al atardecer y siempre antes de medianoche. La investigación no está cerrada.