En julio, Fernando Rey cumple su tercer año al frente de Educación y asegura sin titubeos que, acabada esta legislatura, retomará su carrera de profesor universitario. Califica esta etapa como un «periodo apasionante» de su vida y habla sin tapujos, aunque sus palabras levanten ampollas en más de una ocasión (las últimas sobre la UBU, en el Rectorado). El lunes defenderá en el Senado la realización de una única prueba estatal de acceso a los estudios superiores, algo que se ha convertido en su caballo de batalla. Su concepto de universidad pasa por la especialización y por una oferta de futuro ligada a la sociedad digital, en la que apuesta más por nuevos posgrados que grados porque cree que el tiempo de crecer «ilimitadamente» ya ha pasado por la sobreoferta académica que tiene el país.