Desde que el Gobierno de Zapatero anunciase en el año 2009, por orden ministerial, el cierre y desmantelamiento de la central para julio de 2013, Garoña pasó de ser la central veterana a ser el caballo de batalla de organizaciones antinucleares y ecologistas, partidos políticos y la empresa propietaria, Nuclenor. Hoy, el acuerdo adoptado por el Pleno del CSN abre la puerta a su continuidad.