El inicio del 2018 dejó la misma sensación en el Burgos que el final del 2017, tremendamente agridulce. Los de Salinas no consiguieron tirar entre palos con peligro ante un colista muy necesitado que tuvo las mejores ocasiones del encuentro. La puesta en escena del partido fue trabada, sin que ninguno de los dos se hiciera con el mando. Antes del 20, Saizar tuvo que aparecer para sacar un balón que ya se colaba en su portería. Los burgaleses se mostraron inofensivos, sin encontrar la forma de romper el entramado defensivo del equipo local. En la segunda mitad, el Burgos intentó dar un paso adelante, pero de nuevo lució unas enormes carencias en ataque, evidenciando la necesidad que tiene el equipo de incorporar jugadores de perfil ofensivo en el mercado invernal de fichajes