La música que el domingo por la noche recorría las calles de Quintanar de la Sierra era un anuncio y una invitación a la diversión. Las fiestas de San Cristóbal han comenzado y los nervios y la ilusión se han apoderado de quintanaras y quintanaros. La música del domingo correspondía a la típica rondalla. Los vecinos, acompañados por la Banda de Música de Quintanar de la Sierra, visitan las casas de las Damas y la Reina y estas les ofrecen comida y bebida.

Las ganas de fiesta, el encuentro con amigos y el buen ambiente puede alargar la noche de rondalla pero los festejos comenzaron, oficialmente, ayer. A las 17 horas los serranos, ataviados con su tradicional y característico traje con camisa a cuadros blancos y negros, pantalón negro y alpargatas del mismo color, acarrearon el mayo con los bueyes y vacas serranas. Un acto que enlaza con la tradición carreteril del pueblo y con su unión con el bosque. El mayo se pingó con el esfuerzo de jóvenes y mayores, animados por una gran cantidad de asistentes que esperaban el momento en el que el pino estuviese completamente vertical para comenzar con los cánticos y la lluvia de bebida. Tras un primer intento fallido, el mayo quedó vertical y comenzó el jolgorio.

Posteriormente, los grupos de Danzas Infantil y de Adultos de Quintanar de la Sierra, que habían acompañado el acarreo del mayo, hicieron una demostración de baile tradicional y jotas.

La tarde avanzaba y era el turno del pregón, a cargo este año de todo un emblema, la Asociación Musical Clave de Sol, es decir, la Banda de Música de Quintanar. Los miembros de la misma, como desveló Pepe Montero, presidente de la asociación y encargado de leer el pregón, están orgullosos y agradecidos de que hayan pensado en ellos, por eso ofrecieron un pregón original, novedoso y con sorpresas musicales incluidas. Después fue el turno del arte, el colorido y la imaginación. Las carrozas comenzaron a desfilar por las calles.

día grande. Hoy es también un día grande para los quintanaros que viven la procesión de San Cristóbal en la que se saca al santo en un recorrido que comienza en la Plaza Mayor y concluye en la iglesia. A su paso, los devotos bailan al ritmo de la jota e intentan pasar tres veces por debajo del santo para pedirle algún deseo, una tradición que viven con mucha devoción los vecinos de la localidad. 

La jornada de mañana está dedicada a los conductores. Coches, motos, camiones y demás vehículos engalanados acuden al paraje conocido como de Los Trampalitos para que el párroco los bendiga los carruajes. Música, diversión, tradición y buen ambiente serán los anfitriones de Quintanar durante estos días.