El envejecimiento y la despoblación, un mal endémico de Burgos y generalizado en la gran mayoría de las provincias del interior, parece no tener marcha atrás. Pese a que las distintas administraciones anuncian año tras año acciones de distinta índole, según defienden, para crear riqueza y fijar habitantes en el medio rural, estas, salvo honrosas excepciones, apenas tienen un impacto en el paisaje demográfico burgalés. El dicho tan repetido de que un pueblo u otro agoniza se hace realidad y se deja ver en numerosos indicadores. Uno de los que apunta hacia esa dirección surge al examinar de manera conjunta los datos que ofrece el Ministerio de Empleo sobre pensionistas y cotizantes. El resultado no es otro que la confirmación de que ya hay 255 municipios, de un total de 366, que tienen ya más pensionistas que trabajadores en activo.
El panorama es muy distinto en unas zonas que en otras y el paisaje global muestra que en la provincia de Burgos hay ya solo 1,6 trabajadores por cada pensionista. En el conjunto del país, mejor en este parámetro, el ratio se sitúa en el 1,95. En ambos casos, insuficiente para los expertos que aseguran que la sostenibilidad de las pensiones (tal y como está concebido el sistema actual) pasa por que ese indicador esté entre el 2 y el 2,3.
Lo primero que se confirma es que la despoblación no es un problema coyuntural sino estructural y que la causa de esta circunstancia parece ser la falta de oportunidades laborales en el medio rural. Porque no en todos los lugares de la provincia se da la circunstancia de que haya más pensionistas que trabajadores.
Uno de esos ejemplos es la capital burgalesa, que cuenta con 86.965 afiliados a la Seguridad Social frente a 43.302 pensionistas. Lo que, más allá de que haya vivido momentos mejores, le hace mantener una proporción de 2 trabajadores por cada beneficiario de una prestación de este tipo (de jubilación, viudedad, orfandad, incapacidad permanente...).
En los municipios del Alfoz ocurre algo parecido. Recientemente este periódico mostraba que su joven población hacía que se situaran entre las localidades con las tasas de paro más bajas de la provincia. Y en este caso, por su cercanía a la capital, también exhiben un superávit de cotizantes frente a pensionistas.
Así, en la Merindad de Río Ubierna hay 817 trabajadores frente a 244 pensionistas y en Villagonzalo de Pedernales se cuentan 1.155 cotizantes frente a las apenas 183 personas que cobran una prestación. En este último caso, el ratio es de 6,3 a 1.
No son una excepción ya que también cerca de Burgos, por citar otros ejemplos, está el caso de Villalbilla, donde hay 629 trabajadores frente a 143 pensionistas, o el de Villariezo, con 535 frente a 52.
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