La joven burgalesa que fue sometida a 13 exorcismos cuando era menor de edad se acogió a su derecho a no declarar ante el Juzgado y no respondió a las preguntas de ninguna de las partes personadas en la causa. Sí entregó una carta en la que vuelve a eximir a sus progenitores y a los que fueron sus catequistas y su profesora de religión de cualquier responsabilidad de lo sucedido.