Las hipotecas a tipo fijo crecen un 13% y alcanzan su récord

J.M.
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Estos préstamos para la compra de vivienda representan ya el 43% del total. En 2007 eran solo el 1%. Algunas entidades defienden estos créditos para evitar los sustos que hubo con las variables en la crisis

No es la primera vez que CaixaBank se erige como una de las grandes defensoras de las hipotecas de tipo fijo pero esta vez, quizá al estar enmarcadas las recientes declaraciones de su consejero delegado, Gonzalo Gortázar, en la comisión del Congreso que investiga la crisis financiera y el rescate bancario, sonaron más fuertes y llenaron más titulares. Pese a que este tipo de créditos que reducen al máximo los riesgos (a costa de pagar más) alcanzan su máximo histórico, para el directivo, que al parecer entiende que su peso es aún insuficiente o que advierte un cambio de tendencia, se podrían estar repitiendo «errores del pasado». Hasta tal punto de que, a su juicio, se estaría incentivando (por acción o por omisión) que familias con unos presupuestos ajustados estén contratando productos variables que podrían no poder asumir cuando suban los tipos de interés. ¿Cuál es la foto fija actual?

En la provincia de Burgos, las hipotecas a tipo fijo sobre vivienda constituidas entre enero y junio representaron el 42,8% del total y alcanzaron su récord histórico. Para ser exactos, 516 de las 1.204 se firmaron bajo esta modalidad, según los datos facilitados por el Instituto Nacional de Estadística (INE). En el mismo periodo de 2017 se firmaron 455, lo que significa que han crecido un 13,4% en el último ejercicio. No es menos cierto que también han aumentado las de tipo variable (de 626 a 688), pero en este caso lo han hecho a una velocidad más lenta (+9,9%).

Como curiosidad, en el mes de junio, último del que dispone de datos el INE, ya en la provincia de Burgos se firmaron más hipotecas de tipo fijo que variable. Para ser exactos, un 50,8% frente al 49,2% de las segundas.

Las lecturas que se hacen sobre la evolución de las hipotecas y sobre lo que está por venir ha abierto el debate. Lo primero que hay que recordar es que en 2007, hace poco más de una década, la firma de los préstamos para vivienda a tipo fijo eran residuales (representaban un 1% del total). Y fue en 2016, cuando el euríbor entro en negativo por primera vez en su historia, cuando las entidades financieras comenzaron a lanzarse de lleno a ofrecer créditos a tipo fijo. Eso sí, en un contexto en el que el ciudadano aún tenía en la retina las imágenes de los desahucios durante la crisis, y en el de un sistema financiero que estaba prácticamente obligado a apostar también por estas hipotecas si querían garantizarse ingresos por estos préstamos y elevar sus márgenes.

Ante la previsible escalada de los tipos de interés por parte del BCE en la primavera del próximo año, ya hay quien pronostica que, más tarde o más temprano, la banca encarecerá los productos a tipo fijo para hacer que los variables sean más atractivos. Porque, al fin y a cabo, prefiere que el riesgo lo asuma el cliente. Eso sí, también hay quién piensa que aún hará falta bastante tiempo para que el euríbor abandone posiciones bajas. Pese a que no hace tantos años que llegó a estar por encima del 4%.

Para la Asociación de Usuarios de Bancos, Cajas y Seguros (Adicae), la explicación a que las entidades apuesten por las hipotecas de tipo fijo, que consideran también que son elevadas, no es precisamente altruista. «El motivo es claro: incrementar sus márgenes en un contexto de tipos bajos, de cuyos beneficios por tanto se priva al consumidor».

¿Han llegado las hipotecas fijas para quedarse o han alcanzado ya su techo y poco a poco irán reduciendo su peso? ¿Seguirán siendo igual de atractivas o la balanza volverá a desnivelarse hacia los préstamos de tipo variable?

Habrá que ver también el impacto que tendrá la reforma de la Ley Hipotecaria que, entre otras cosas,  contempla que el banco informe de los posibles escenarios que se pueden dar para los créditos de tipo variable (en el caso de que suban los tipos de interés). También prohibirá que los gestores reciban incentivos por la venta de estos productos y endurecerá las condiciones para poder ejecutar una hipoteca en el caso de impago.