Cuando alguien tiene la oportunidad de hablar con una escritora de literatura infantil la primera duda es evidente: ¿cómo se escribe para un público tan joven? La autora del libro La Capa Mágica, Marina Arias, lo tiene claro: «Hay que sorprender». Ella lo descubrió por su propia experiencia: «Tengo dos hijos y lo que he visto es que les gusta que los cuentos les sorprendan. Hay muchos cuentos muy repetitivos y lo que yo quería era crear curiosidad en los niños para que sigan leyendo, para saber qué sucede».
Esta idea fue la que llevó a cabo Marina Arias en el cuentacuentos organizado ayer por la Concejalía de Cultura en la biblioteca municipal de Aranda. Más de cincuenta niños esperaban atentos, muchos con su ejemplar de La Capa Mágica, a que la autora les desvelara más secretos del título. Ante un público de entre cuatro y seis años, Marina Arias fue contando cómo un niño tenía que cambiar de casa, por decisión de sus padres, claro.
La fantasía empieza cuando el joven protagonista encuentra la capa mágica y se convierte en dragón, y la curiosidad de los niños presentes en la biblioteca aumentó cuando les tocaba descubrir cómo el protagonista podría recuperar su forma humana. Muchos optaron por los hechizos, y aquí quedó claro que Harry Potter es cosa de millennials, porque entre los niños de hoy el abracadabra sigue siendo más popular que el alohomora.
Al finalizar el cuentacuentos, la autora leonesa firmó ejemplares de la que es su primera obra. Marina Arias consiguió publicar La Capa Mágica gracias a una campaña de crowdfunding (un micromecenazgo a través de internet). Ella desvela que para conseguir publicar un libro, en su caso, hicieron falta 3.900 euros que luego completó su editorial: Babidi-Bú. Ahora, la escritora trabaja en su segundo título, para el que ha empezado otra campaña de crowdfunding en la que el objetivo son 2.700 euros.
En cuanto a la autora, Marina Arias es de León y lleva seis años residiendo en Aranda. Trabaja de profesora de biología en el Empecinado y conjuga su labor con los adolescentes con su pasión por los cuentos de niños. Afición para la que ya ha descubierto un secreto: sorprender. Porque su público es tan exigente como difícil es mantener concentrado a un niño.