Si hay pregonero, se anuncian fiestas. Y ya que los Sampedros instauraron el año pasado la figura del pregonero infantil, démosles si no sus fiestas, al menos una jornada. Si en torno al lunes después del primer fin de semana se aglutinan actividades con entidad suficiente como para que los niños sean protagonistas de verdad, la jornada podría alzarse con el título de San Pedro Canijo o San Pedrín