La XXXIX Vuelta a Burgos recuperará el formato de 2014 en la etapa que discurrirá por la capital, dejando atrás la contrarreloj por equipos celebrada en las dos últimas ediciones. En 2017, la organización apuesta por la subida a El Castillo con un trazado totalmente llano de unos 150 kilómetros, principalmente por los municipios del Alfoz, y un atractivo final por las sinuosas rampas de la ladera.