Como romanos pero sin toga

I.M.L.
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El Festival de Verano de Clunia cuelga el cartel de 'no hay entradas' para sus propuestas en este enclave estrella del patrimonio burgalés. La calidad de los espectáculos y la magia del escenario son los grandes atractivos de este ciclo

Arte en toda la extensión de la palabra. Arte que aúna arquitectura, música, baile, danza, teatro, circo… Eso es lo que atrae a más de un millar de personas que acuden este año al Festival de Verano de Clunia, organizado por la Diputación de Burgos, que ha colgado el cartel de ‘no hay entradas’ para sus cuatro representaciones. La calidad de los montajes es uno de los atractivos de esta cita, ya un clásico no solo en la comarca ribereña sino en toda la provincia, con la llegada de autobuses desde Burgos. El otro, el enclave inigualable del teatro de la colonia romana Clunia Sulpicia.

Disponerse a presenciar una de estas actuaciones es como realizar un viaje en el tiempo. Si se prescinde de las butacas y de las torres de focos y megafonía, todo lo demás invita a realizar un viaje en el tiempo y sentirse como un auténtico romano del siglo I. Una sensación que llega tanto a los espectadores como a los artistas que se suben al escenario. Juana Casado, directora del montaje Amazonas que se representaba ayer en este enclave, comparaba este teatro con otros similares en el ámbito nacional. «El año pasado estrenamos en Sagunto, también hemos estado en el teatro romano de Málaga y en un anfiteatro, pero Clunia tiene algo muy especial, porque hay otros teatros que están muy tratados e intervenidos, pero lo mágico de Clunia es que te sientes como si realmente estuvieses allí, te traslada en el tiempo», comentaba nada más terminar las pruebas de sonido antes de la representación.

A unos metros de la entrada al teatro, los asistentes ya hacían cola para poder coger los mejores lugares, ya que las entradas no son numeradas. Bien pertrechados con ropa de abrigo, porque las noches ribereñas son frescas y más en el cerro en el que está enclavado Clunia, y algunos incluso con algo para cenar antes de la representación, el público iban llegando dos horas antes de la hora marcada para el inicio de la función.

«Nosotros venimos desde hace unos años a todas, unos amigos nos animaron un año y nos quedamos impresionados, no sabíamos que teníamos esta magnífica opción cultural tan cerca de casa», confiesa Pilar, que viene desde la cercana Peñaranda de Duero con su marido y otras dos parejas. Aquellos que están junto a ella en la cola asienten a sus palabras.

Unos metros más atrás se encuentran Claudia y Marcos, dos jóvenes que confiesan que no se esperaban que la gente viniese tan pronto. «Es la primera vez que venimos aquí, somos de Madrid y estamos de vacaciones por la zona por el tema del vino, y queríamos ver las ruinas de la ciudad antes de la obra, pero hemos visto la cola y nos hemos puesto», dice él, que apunta que la idea de coger las entradas fue de Claudia. «No iba a ser todo enoturismo y sol en las vacaciones, y más cuando hay una propuesta cultural de este nivel en este escenario romano y a estos precios», añade, sorprendida de que la entrada solo cueste 10 euros.

A diferencia de la primera cita de este año en el Festival de Verano de Clunia, dedicada al circo, entre el público a penas se veía niños. La propia directora de la función explicaba porqué es una propuesta que no es recomendable para menores de 16 años. «No es que sea violenta ni nada por el estilo, pero creemos que no es entendible para niños y ellos, en cuanto se empiezan a aburrir, no disfrutan con la obra», explica Juana Casado. Y es que esta obra cuenta con una gran carga reivindicativa. «Es un espectáculo muy reivindicativo, necesario y casi obligatorio en estos tiempos en los que las mujeres por fin hemos alzado la voz y queremos que se nos escuche», resume Casado.

Una vez apagadas las luces, con la noche ya cernida sobre el teatro romano, la magia ancestral de la percusión daba la bienvenida a las amazonas, nueve mujeres sobre el escenario que trae a la vida esta leyenda de esta tribu. El público se olvida de que es del siglo XXI y se sumerge en la historia de la lucha de estas heroínas y estallan en el primer aplauso cuando, a coro, las artistas gritan «Nuestra consigna es una: Igualdad», marcando desde el inicio el tono de esta propuesta teatral. Buen inicio para una noche de arte y patrimonio, unidos y recuperados para el disfrute contemporáneo, que tendrá continuidad este año con Otelo y Eunuco, los próximos viernes y sábado.