¿Sí se puede? ¡Sí se pudo!

M.S.
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La 42 edición del Festival de Folclore estuvo en el aire por 'asuntos burocráticos', pero la presión social y la entrega de sus organizadores han hecho posible que sea una realidad. Hay grupos de seis países

«Han sido meses de zozobra e inquietud: son muchos los escollos que esta edición ha tenido que sortear y muchos los que quedan todavía por solventar en el camino. Pero somos conscientes de que hay pilares de la sociedad que no deben descuidarse, y uno de ellos es el cuidado y la difusión de la cultura... Sin embargo, hemos conseguido, con el apoyo sin fisuras del público burgalés, que nunca le ha fallado al Festival, que el ritual y la fuerza de la danza y la música popular llenen de nuevo este escenario... Lo hemos logrado con el apoyo de ustedes...».

Así dio la bienvenida a los miles de asistentes a la inauguración del 42 Festival Internacional de Folclore la presidenta del Comité organizador y presentadora, Regina Peñacoba. Y es que durante meses se temió que este consolidado y reconocido certamen no llegara a celebrarse este año por ‘trabas administrativas’ (léase facturas o falta de ellas, o léase ‘guerras internas’ en el Ayuntamiento, que no ha abonado todavía los gastos de 2017). Pero con promesas de solución y más aportaciones de todo tipo por parte de las nueve asociaciones que están detrás del Festival este ya es una brillante realidad. Y lo será hasta este miércoles.

El espectáculo de ayer dio comienzo a las 9 en punto y se extendió hasta las 11.10 de la noche. El viento respetó al respetable, que salió encantado de lo visto y oído, aunque alguno sugería comenzar una hora antes. Se perdería la magia de la noche, pero se ganaría en calorcito y en ir a cenar a una hora más habitual.

El Festival propiamente dicho se inició al ritmo de timbales y dulzainas con el Baile de la Canastilla por parejas de los grupos burgaleses. Luego, la presentación de las agrupaciones, con una ausencia, African Tumbas, de Nairobi (Kenia), que están en Francia, llegarán mañana por la noche y mostrarán su rico y atractivo folclore el martes y el miércoles.

Cada año un representante de la ciudad enseña destellos de los mucho que atesora. En esta 42 edición es Justo del Río. Ayer bailó Los Arcos de Lerma y piezas del Cancionero de Federico Olmeda originarias de Ciruelos de Cervera y de Medina de Pomar.

El Ballet Folclórico de Nicaragua tomó el relevo y centró su actuación en reiterados cantos a su querida tierra y en guiños a esta, comenzando por Burgalesa, burgalesa. De la inmensa Federación Rusa este año también ha llegado un representante, el Ballet de Ogonki, de la República de Altai, con excelente coordinación, coreografía y forma física.

España, además de por los anfitriones, está representada por una agrupación de gran prestigio y 63 años de historia, búsqueda y difusión, el Grupo de Coros y Danzas Doña Urraca, de Zamora. Las mujeres lucieron trajes muy adornados y se hicieron acompañar de una gaita alistana (tradicional de la comarca de Aliste).

Desde Belgrado (Serbia) y con el valioso folclore balcánico acudió la Sociedad Branko Cvetkovic, plena de vistosidad y exigente y resolutivo en lo atlético.

Cerró Cuba con su alegría tradicional. La Compañía Camagua arrancó con una voz femenina espléndida y continuó con tres piezas donde se conjugaron danza, teatro, música y canto.

programa para hoy. A las 12, taller de baile en el Espolón; a las 13, músicas y canciones del mundo en el Principal, y animación y sabores del mundo en la cafetería Polisón (Espolón). A las 21 horas, segunda jornada del Festival en la Plaza de San Juan.

Por suerte, el amor al arte (en ambos sentidos) de muchos burgaleses sí ha podido hacer realidad esta gran fiesta de la cultura, que también es ‘marca Burgos’ y una excelente embajadora que abre puertas y atrae visitantes.