Las altas temperaturas de estas últimas semanas no invitan a los consumidores a mirar abrigos, bufandas o botas forradas, aunque sí que 'pican' de esos artículos de entretiempo que hace años pasaban desapercibidos ante la inminente llegada del invierno a Burgos nada más terminar el verano. Los comerciantes reconocen que este calor ha frenado las ventas, pero no están preocupados.