Tanto Miguel Ángel Benavente (FAE), como Juan Pablo Lázaro (CEIM) y Roberto Larrañaga (Confebask) remarcan que España va a dejar de ser el extremo de Europa para convertirse en el paso obligado hacia África, cuyo desarrollo va a requerir mucha exportación hacia ese continente. Además, destacan las ventajas económicas y ecológicas del tren frente a la saturación de muchas carreteras centroeuropeas.