El sarcófago de un caballero de la familia Rojas, del siglo XIV, destaca por «una talla buena» pero sobre todo con una policromía excelente que hacen de ésta una obra «llamativa e interesante», singular y rica en iconografía. Llama la atención por el rostro sereno del protagonista, los detalles de relieves y el yacente y la policromía al temple en el que predominan el rojo, azul, blanco y verde.