Menos de 72 horas han tardado en dejarse caer los vándalos por las obras del parque de la Quinta. La duda es si lo han hecho por puro placer o tratan de boicotearlas, puesto que además de las vallas tiradas se han cebado con los carteles en los que se prohíbe el paso o se avisa del peligro y pintado con espray sobre el cemento lo que parecen proclamas contra el cierre del camino a los peatones.