Sinopsis oficial
En 1948, cuando Stalin pone sus manos sobre Polonia, el famoso pintor Wladislaw Strzeminski se niega a comprometer su arte con las doctrinas del realismo social. Perseguido, expulsado de su puesto en la universidad, es de repente borrado de los muros de los museos. Con la ayuda de algunos de sus estudiantes, comienza a luchar contra el Partido y se convierte en el símbolo de una resistencia artística contra la tiranía intelectual.
La crítica -
Por J.M.S.
La película póstuma del irrepetible cineasta polaco Andrzej Wajda (muy recordado por Katyn) es fiel y coherente con su filmografía; preocupada por denunciar los abusos que el régimen comunista perpetró en su país tras su ocupación forzosa tras la Segunda Guerra Mundial. Se trata de un dramático biopic que recuerda la vida del aclamado pintor vanguardista Wladyslaw Strzeminski, quien sufrió en sus carnes la persecución del gobierno estalinista por no plegarse a sus consignas artisticas. De nada sirvió que, además de ser la primera figura del país en cuanto pintura, fuera un veterano mutilado de la Primera Guerra Mundial (donde perdió una pierna y un brazo).
Se trata de una lección de Historia sobre los atropellos y falta de libertad que padecieron los ciudadanos bajo el yugo comunista, que incidieron en una táctica muy habitual de los regímenes totalitarios: someter al ostracismo y hacer desaparecer las obras de aquellos que no claudicaban, algo perfectamente trasladable al mundo actual.
Todo ello está narrado con un verismo similar a la extraordinaria La vida de los otros, y una fotografía realista que muestra la tristeza del paisaje comunista. Magistral la actuación del actor polaco Boguslaw Linda